Hoy, 22 de noviembre de 2011, he sufrido mi primer, y esperemos que último, robatorio en Sevilla: mi bici.
Sinceramente no me duele perder este vehículo, su coste fue relativamente barato, sinó que me molesta que a pie de universidad, concretamente en la misma puerta, se pueda robar una bicicleta que estaba atada a un guardabicis. Realmente imagino la escena en la que se debe haber forzado el candado y la pasividad de la gente al mirar.
En fin, TUSSAM se va a hacer de oro conmigo con tanto viaje en autobús. Que la aproveche quién la tenga, eso sí, no frena mucho.
Cuando venga la voy a encontrar, y ya verás.....
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